Recientemente hemos conocido los datos del estudio de la IAB sobre el uso del adblocking, la eliminación automática de la publicidad en las páginas Web. Las cifras que arroja dicha investigación preocupan y mucho al sector publicitario, ya que el 5.6 millones de internautas encuestados (26%) declaran llevar a cabo esta práctica.
26% de internautas usan Adblockers en España
El adbocking, tal y como explica el estudio, se lleva a cabo «a través de una extensión para el navegador web, un software o una aplicación, pero también a través de un router o un proveedor de acceso a Internet».
Como cabe esperar esta práctica preocupa y mucho al sector del marketing online, ya que supone pérdidas para los anunciantes. En concreto, a nivel global (según Page Fair y Adobe) los adblockers supusieron 21.800 MM de dólares al sector.
Como ya te explicamos en otro post de Brandmanic, vivimos en una nueva cultura digital, una era en la que el internauta no está dispuesto a esperar, ni a que elijan por él, ni a que le hagan engullir un contenido que simplemente NO LE GUSTA.
El Internauta del 2016 quiere consumir los contenidos que él ha escogido y cuándo él lo ha decidido. Por tanto la clave aquí, como anunciante, es encontrar contenidos que puedan ser publicitarios y atractivos al mismo tiempo.
De hecho, si volvemos al estudio refrendamos vemos como los motivos más frecuentes por los cuales los internautas usan adblockers son precisamente estos: ser molesta e intrusiva (53%), ser demasiada (50%), impide ver / leer el contenido (46%) o es engañosa / tiene poco valor (41%).
Y llegamos en este punto al dato clave del estudio: los internautas consideran el contenido patrocinado como el formato de publicidad menos molesto con apenas un 1% / 2% estando en la cara contraria, entre los más molestos, el pop up, el pre-roll que no podemos saltar o los vídeos/audios con autoreproducción (los formatos precisamente más intrusivos y «maleducados»).
Es aquí donde el marketing de influencers encuentra su razón de ser en este contexto de cambios, en este contexto en el cuál el consumidor es un prosumidor que encuentra la necesidad de poder elegir y de no ser interrumpido.
Un usuario simplemente no puede bloquear este tipo de publicidad básicamente porque la elige ÉL. Su libertad empieza en seguir o no al influencer, y una vez en su newsfeed escoge leer el post de ese blog (porque le interesa) o darle Me Gusta a la foto que ha subido en Instagram, porque realmente le parece atractiva, incluso útil en algunos aspectos de su vida. Esto nos lleva al concepto de engagement, y al hecho de que las relaciones que entablan las marcas a través de estas técnicas son mucho más enriquecedoras que las que puedan alcanzar con la publicidad tradicional.
Con respecto a las tendencias, el estudio realiza la siguiente interesante afirmación: «66% de los usuarios de adblockers declaran que se se aplicaran mejoras en la forma de mostrar la publicidad online se plantearían dejar de utilizarlos».
¿Y cuál sería precisamente una «mejor forma»? El contenido. Y es que tal y como afirmó Jason Stein, CEO de Laundry Services (agencia líder en contenido e influencers) “La autenticidad reina en internet. Si dispone de una celebridad a quien no le importan lo más mínimo un producto dirá ‘Hey, comprad esto’. Pero esto no funciona, no tiene sentido”.
Tomad nota, señores anunciantes.
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