“Quiero ser influencer”

¿Has oído hablar de Alpha? Sí, es una letra griega, pero también es el nombre que le han puesto a la nueva generación de niños nacidos en una era completamente digital. Saben manejar el mundo virtual como si hubiesen nacido con un smartphone bajo el brazo, e incluso antes de cumplir los 10 años, muchos de ellos ya se han convertido en auténticos influencers.

Pero, ¿qué es ser influencer? Pues básicamente es una persona que se dedica a construir una comunidad fiel en torno a un determinado tema: moda, videojuegos, gastronomía…, y lo hace de manera orgánica. Sus seguidores confían en su criterio y en sus recomendaciones, algo muy valioso para las marcas.

Little influencer

Les divierte y apasiona lo que hacen. Se especializan en un contenido, aumentan sus seguidores y las marcas empiezan a interesarse por ellos para que les promocionen en sus vídeos o publicaciones, a cambio de una retribución económica.

Todo este fenómeno arrancó cuando algunas estrellas comenzaron a abrir perfiles a sus hijos y a compartir sus looks. Abrían una fiebre que tardaría poco en expandirse por medio mundo, generando un auténtico fenómeno fan y haciendo que muchos de estos ‘mini influencers’ muevan cifras de infarto y sean un auténtico modelo a seguir por otros pequeños.

En la era de las nuevas tecnologías parece que los pequeños crecen más rápido que nunca. Martina D’Antiochia es una de ellas, y a sus 14 años tiene ya una trayectoria profesional muy amplia y variada.

Con más de 3 millones de seguidores en Youtube, y casi 850 mil en Instagram, Martina es una de las niñas más influyente del momento. Tras vender más de 400.000 ejemplares de su saga “La Diversión de Martina”, arranca con el lanzamiento de su primer disco “Emociones”. El vídeo oficial de su primer sencillo “Like” supera los 23 millones de reproducciones en Youtube, y no es de extrañar que la artista se lance a conquistar nuevas metas como nos contó en su firma de discos de Valencia.

 

Menores en redes sociales, ¿qué tener en cuenta?

En España, la edad legal para abrirse una cuenta en redes sociales es 14 años, pero muchos de ellos tienen perfiles en redes siendo menores de edad.

A pesar de que son sus propios padres los que les abren la cuenta, la mayoría no son conscientes de los riesgos que conlleva, ¿o tal vez sí?

Estos son algunos de los aspectos a tener en cuenta:

  • Su imagen recibirá críticas o halagos, ¿está preparado para saber gestionarlo?
  • En ocasiones se convierten en un fenómeno fan, ¿podrá soportar esa presión?
  • Llegar a ser influencer requerirá sacrificios, puesto que se necesita de mucho tiempo y dedicación, hay que saber priorizar.

A pesar de su corta edad, cada vez son más los pequeños que se embarcar en este divertido mundo del influencer. ¿Cuál será el futuro de este fenómeno? Tendremos que esperar todavía.

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