Al concedernos permiso para consultar estos datos en las APIs de sus redes sociales, podemos disponer del impacto real de sus acciones y sus publicaciones, porque son las propias redes sociales las que nos facilitan esas estadísticas, sin necesidad de utilizar herramientas de terceros.
Seguro que muchos de vosotros habréis oído hablar de las APIs de las redes sociales sin saber muy bien qué son ni para qué sirven. Pero en realidad es un concepto bastante sencillo de entender. Una API es un conjunto de acciones, podríamos denominarlas también preguntas o peticiones, que un software permite hacer a otro. En el caso de las redes sociales, son aquellas peticiones que podemos hacer para obtener algunos datos. Estas peticiones son, por ejemplo, del tipo: dime los seguidores de “X” o dime los posts de “Y” con el hashtag “Z”…
Para poder realizar estas peticiones, primero debemos ser colaboradores de la red social y superar su proceso de validación. Una vez hemos sido validados tenemos que pedir permiso al usuario para que nos deje acceder a esa información.
Sólo mediante el permiso explícito del usuario se nos concede un token temporal de acceso, o lo que es lo mismo, una firma cifrada que nos permite consultar aquellos datos que nos han autorizado a conocer. De esta forma podemos conocer información muy valiosa como las publicaciones del usuario con hashtag y además acceder a los KPI’s de esas publicaciones que nos ofrece la red, como el número de likes, las veces que ha sido compartidas (shares), los comentarios recibidos, etc.
Por tanto, de esta forma estamos realizando una consulta legal de los datos del usuario ya que contamos de forma explícita tanto con el permiso de la red social como del propio usuario.
Facebook e Instagram forman ahora parte de la misma compañía. Pero antes de unirse, cada una tenía su propia API de consulta. Como es lógico, hace algún tiempo iniciaron la andadura para integrar sus respectivas APIs en una sola.
La nueva API de Facebook v3.0 incorpora la consulta de cuentas business de Instagram asociadas una página de Facebook. Es decir, para consultar los datos de las cuentas de Instagram deberemos hacerlas empresariales y asociarlas o crear una página en Facebook. Con ello conseguiremos acceder a nuevos datos como las impresiones o el perfil demográfico de la audiencia.
Con esta decisión Facebook pretende mejorar la seguridad de los datos y subir el listón de los requisitos de seguridad necesarios e imprescindibles para aquellas aplicaciones que consulten datos en las redes sociales. De esta forma la empresa creada por Mark Zuckerberg se adapta también al nuevo reglamento general de protección de datos que entró en vigor el pasado 25 de mayo de 2018. Para ello requiere de una verificación exhaustiva de las empresas que solicitan esos datos y el uso de los mismos. De hecho, todas las empresas tenemos de plazo hasta el próximo 1 de agosto de 2018 para superar esta nueva validación y solicitar los nuevos permisos.
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